20070223

[va un draft... too much info]

mucha arena, tierra; polvo eres y en polvo te convertirás. aire frío, congelante; aire seco. in media res, una escena de pedro páramo, un par de personitas arriba, en el cerro que bautizaron “Marte” porque tiene la tierra más roja que hayan visto. un amigable Turner. canino que, celoso del disco y de la piedra, empieza una batalla cuerpo a cuerpo para no ceder ante sus ganas de jugar. un par de casitas en medio de la nada; en el centro, una mandala repleta de romeros y abejitas picoteando las flores; sangre de drago, ruda, olor a tierra; peyotes abuelitos y uno bebé, la vida misma, como la que estaba a punto de abrir los ojos dos días después rodeada del silencio del desierto y el murmullo de la espera de una acaramelada parejita que, con ansia, esperaba el encuentro; más en el centro, el Nim.
primera noche: falsa alarma; el diminuto ser se resistía a encontrarse con el mundo; la verdad, no había prisa, por qué tanta premura? noche inquieta, sin duda; noche fría, estrellada; poca luz, la necesaria. una estrella fugaz.
segundo día: ella, Tannia se veía más hermosa que nunca; toda de blanco como si se tratase de una boda mística, rebosante de luz. caminata, comida “todos juntos, en familia”, como había pronosticado la pequeña Sofía. más tarde, al encuentro del otro cerro, el de las rocas, el de “la meditación”. silencio, más silencio. poco intercambio de palabras. era impactante el contagio de esa necesidad de callar, de hablar poco, de respirar y aspirar paz. contracciones periódicas, risitas nerviosas. Tannia y Gush se retiran ya tarde; no había señal alguna, el pequeño ser renuente a comunicarse, renuente a salir. agarramos direcciones opuestas, pero llegamos antes que ellos dos. cuando la noche estaba más negra que nunca un coche –el que no salía nunca- sale disparado. sospechas. no pasa nada. movimiento de gente recolectando agua. “se le reventó la fuente”. emoción, premura. una antesala un tanto desconcertante: qué pasará allá adentro? iluminación de velas, agua en la estufa, un té verde y pan recién hecho con miel de abeja. sopor, ganas irrmediables de dormir. ayudo? no me dejan, no sé qué pasa. 23.00 “va para rato, está reposando”. llevo a Sofi a dormir, la arropo, dormito. 01.00 “puedes venir”. me quedé dormida, me levanto asustada. corro. 3 grados de temperatura. el cielo, igual de limpio; estrellas danzantes. me escoltan los perros. una cocina calientita. está en el cuarto de meditación: se escuchan sus pujidos de forma intermitente. rodeados de velas, Gush en una silla con Tannis encima. ellos besándose apasionadamente; ella preguntado si él estaba bien, él sorniendo. dando valor. yo le sostengo una mano, Melodie, la otra. cansada, y apenas empezaba. cantos, ayudantes alegres. se ve la cabeza del bebé. 04.00 una partera que la presiona y ella, valiente, “saldrá cuando él quiera, no cuando tu quieras”. presión, respiración ajetreada, cambios de posición. hace mucho frío. ya no hay leña. tour a buscar afuera. 05.00 se levanta y empieza a ejercitarte; moverse, reaccionar. como siempre, con una flexibilidad impresionante. ni parecía que el ser de luz venía en camino. ya no se ve la cabeza del bebé. “si no empieza a salir, al hospital”. 07.00 llega la pareja de médicos. “todo está bien. va para largo”. tranquilidad, serenidad. después de 9 horas todo está en orden. desayuno. agua, té verde para él, leche de soya para ella. 09.00 aumenta la intensidad de los dolores; contracciones más agudas. y él sin asomarse si quiera. “va bien, aún falta”. los comentarios de los médicos tranquilizan cuando las manos de una partera –torpe- parecen incomodarla.11. la acaricio, dormita. está muy cansada. exhausta. el bebé patalea. Gush también está cansado: se ha aventado, entre emociones fuertes, a su lado, todo el trayecto, todo lo que la madre de su hijo está soportando. y es que no se imaginan, pero desde que empezó todo, él estuvo ahí para bien, sosteniéndola, alentándola, cargándola, sirviendo de palanca mientras ella se contorsionaba del dolor. besándola. sin duda, en ese instante, en el que ella no podía más y quería dormir, quería una tregua, él sacó fuerzas de la misma tierra y la cargó, la levantó aún cuando, por la posición, seguro no le circulaba nadita. nunca vi tal compenetración. la escena despertaría la envidia de cualquiera; sí, con todo y el dolor. 13.00 parece que ahora sí viene. las contracciones están siendo regulares. buen ritmo. ella sufre. como que no quiere pero se le escapan las lágrimas que venía ocultando. leves “ya, ya, ya”. su cuerpo está listo, para la llegada de aquél ser, pero nada más no baja. y ella sigue, y sigue; misma posición: Gush en la silla, ella sobre sus piernas, casi en cuclillas. sugieren cambio de posición. todos a la cama. a sostenerla, a detenerla, a ayudarla a pujar. “ooooom”’s. silencio. “cambia la leña que hay mucho humo”. 14.00 la posición ayuda que baje. está por salir. ahora sí se ve la cabecita; ella, levemente levanta la vista, se asoma, lo ve. la gente gritando: “ya viene, ya viene”. gritos. emoción. ella no puede; grita y llora del dolor. 14.30 el baby a medio camino. es ahora o nunca. último tirón. “ya no, ya no”; llanto. “vamos, ya lo veo, tannis”, dice el padre, “andaaaa!”. 14.45 17 horas después, la valiente mujer lo logra. ella solita, enterita, enterita. “es una niña”, Gush llorando recibe a la niña. veo borroso, me pongo a chillar, Tannia descansa, se ríe, se caracajea. se le olvida todo el dolor.
+
oda a Tannia.
domingo, 18 de febrero. 14:45.
está preciosa.

 

 

20070215

Motel Dalí (Carretera Nacional)
Víctima en su momento de ataques gubernamentales ha sobrevivido a la fecha por méritos propios. El precio por pareja heterosexual $380, el resto del arcoiris $480.
fuente
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alguien dígame cómo, de qué forma una pareja homosexual ocupará más espacio o hará un uso “diferente” de las instalaciones que justifique que se le cobre más.
burda discriminación.

 

furball

siempre hago lo mismo. me enerva, pero lo hago.
parte de mi autosaboteo consiste en esperar algo de la gente. en esperar.
pero es que me es tan natural, esperar una palabra, una respuesta, un acto, cuando según mis cabales es lo apropiado, lo recíproco, lo que hace falta. cuando para mi todo es tan obvio [wie Ketchup, natürlich], que es lo que toca y corresponde.
ah y no tiene nada que ver con el 14 feb, eh.
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ya lo dijo en este espacio la que quiere ponerse hyper[karma]: “eso de al reciprocidad está cabrón”.
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nada de nadie.
nadie de nada.
de la nada nadie ni nada.
gracias.
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hoy el msn se viste de un tono amielado, acaramelado. todos los nicks me dan hueva.
el único que me sacó sonrisas: “EsCupido” guaca-guaca [un abrazo, grillo].
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that’s the spirit.
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un brindis por los paréntesis. por esos momentos en los que se suspende todo, hasta la respiración, en pos de un (des)encuentro.
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nuestro ex presidente nada más se rehúsa a dejar de hacer el ridículo. ahora resulta que todos con los brazos cruzados y el acepta –no, se jacta, se vanagloria- de haber metido las manos –ésas, las más sucias- en las elecciones. whatta shame.
+
me cae muy mal, pero mal-mal la gente comodina. yo puedo ser una floja –que lo soy: duermo horrores y soy una total hedonista- pero cuando me interesa algo, o cuando hago “algo”, procuro hacerlo bien. de entrada. nada más, porque me nace del coño. pero no entiendo 1) como hay gente que de plano no se motiva ni interesa por hacer las cosas bien, con ganas y 2) cuando las hacen, las hacen a medias o simplemente están a la espera de que alguien se las haga. abajo los comodinos. no es complicadom, deberían intentarlo.
[sí, secuela de la isla… la isla II, si quieren]

 

 

20070214

martes 13



push the red button.
+
sentirte a la espera, desespera.
es pera.
espera.
+
los chicos de atrás platican más que las mujeres de aquí: “compré el jabón de asepsia [sic] y se me secó todo, y se me caía… pero la piel”; “el morado de las camisetas, no sé, ¿cambiarlo?”; “el oxi y el asepsia, los he probado; pero me tenía que poner oil of olay después… pero for men, para metrosexuales”; “después del paro que le haces, Loba, todavía se va temprano?”; “aquí está para el hey”; “hay que entrenar más duro”.
+
.
.
.
Was I too proud, was I too hopeful
Was I too needing
Was I too crazy, was I too long
Was I too giving
No matter how far, no matter how long
I will be there
(Close; Telepopmusik)
+
de regreso de villa de garcía –ah no, ya es una ciudad, quítenle el “villa”, aunque sea un pueblito- me tocó ver una horrible pelea de taxistas. era como madmax. hasta llegó un helicóptero del gob del estado. me quedé “de a cuatro” [hace mucho que no decía esa frasecita, es como decir “qué paike” o “sobres”]. se peleaban los taxistas “buenos” contra los “malos”; los que seguía la ley, y los piratas. fue todo súbito, emocionante. pensé que me iba a llegar una de las piedras que volaban, pero no. nada. hubiera tenido el pretexto idóneo para decir en el trabajo que no podía escribir más: trauma, en martes 13.
+
emociones puras para mi motor.

 

 

20070208

algún día el patito ya no se irá por la coladera.
algún día la papa tendrá catsup.
algún día seré la valiente.
algún día el catrin se quedará con la dama.
algún día todos odiarán a bush.
algún día revivirán a juan rulfo.
algún día ya no aparecerás tú.
algún día sacarán mis restos.
algún día me darás la razón.
algún día voltearás a verme.
algún día no será melón.


pero tampoco sandía.

 

 

20070205

que los sueños son microuniversos autosuficientes, reales-mágicos, más mágicos que reales, no me queda duda alguna. Creo que soy de las pocas personas que pueden despertarse y forzarse a dormir de nuevo sólo por el placer neto de regresar a ese sueño interrumpido… y lograrlo. bueno, hoy, abrí los ojos a las 11.45, lo recuerdo perfectamente, y como estaba en una fiesta tan divertida –me recuerdo perfectamente bailoteando, sonriendo; mis mallaas, mi falda– pues apliqué la técnica y regresé a mi sueño para no despertarme sino hasta las 13.28 que hasta yo me sorprendí porque cuando me obligué a cerrar los ojos no tenía sueño, nada, y aún así dormí mucho más. eso no fue lo que más me sorprendió; me desperté hiper risueña, burlándome de mi por que parte de mi sueño exageró –de mal gusto- la prosopopeya –sí, esa figura retórica en la que los a animales pueden hablar-. pues me veía yo ahí, aún con olor y vestido de fiesta, en un pasillo blanco, porque la fiesta estaba abajo y podías subir por unas escaleras bien empinadas a un piso blanco-blanco como de hospital, que cuando empecé a caminar por el pasillo vi al final –a manera de “ve hacia la luz”- mucha luz y una oveja. sí, lo escribí bien: una oveja… una oveja que me dijo: “ven, te tengo que decir algo”. claro, en cuanto vi eso decidí correr despavorida en dirección opuesta… y la maldita me persiguió; sólo recuerdo que el pasillo se hacía cada vez más largo y que de reojo vería que la oveja corría detrás de mi gritando: “espera, tranquila, tengo que decirte algo…”. y que me caigo, y aparece un perrito chiquito, rojizo, rollizo de ojos negros que me dice: “no la escuches”, y lo acaricio, lo siento en mi regazo y le digo: “no.no”, y que se le ponen los ojos rojos como demonio, color sangre… y volteo a ver a la oveja… y tenía los ojos iguales! decido escucharlos a ambos (primero al perro, claro está… pero no sé por qué, seguro hay razones más que freudianas en todo esto. los invito a que se avienten una análisis, no? me lo ahorrarían) y me despierto súbitamente. chale. y ahora sí me autosaboteo: ya no pude ni dormir ni soñar, ni quería ni una ni otra. quería mi té. té de guaraná, té negro.

 

 

20070203

livin' la vida loca

PRESENTISMO LABORAL, en “Patologías urbanas” de Javier Castañeda

El tiempo es oro, reza una expresión popular con cuyo significado, a priori, prácticamente todo el mundo estaría de acuerdo. Pero nadie habla de qué ocurre cuando el oro no está en lingotes y por tanto la ecuación no es tan exacta. Cuando la relación entre el tiempo que se da y el dinero que se percibe a cambio no es un intercambio predecible y relativamente ecuánime para ambas partes, sino que se ve influida por otros factores, el cuento puede cambiar mucho. Ya no estamos ante una veta principal de la mina, sino que, hay que invertir muchas horas de criba para extraer unas pepitas o apenas algo de oro en polvo.

Perdón por tan extensa metáfora, pero creo que refleja a la perfección uno de los problemas con los que actualmente tropieza el individuo, y que a la sazón, es la parte de su vida que más horas ocupa: el trabajo. Atrás han quedado aquellas míticas propuestas del "3x8"; aquellos tiempos donde el día se dividía teóricamente a partes iguales entre horas de sueño o descanso (8), horas de trabajo (8) y tiempo libre (8). Probablemente, si preguntamos a las personas de cualquier ciudad cómo reparten su tiempo, muchos responderán que la mayoría de su tiempo lo absorbe el trabajo. Y aunque no todos tengan la suerte de dormir 8 horas, probablemente sientan que la parte mermada no ha sido la de las horas de sueño, sino la del resto del tiempo, que supuestamente era para vivir.

Obviamente el modelo fordtaylorista se ha visto ampliamente superado con la aparición de los nuevos modelos de estructura social –que van de la mano de fenómenos como la globalización o la llegada de las tecnologías de la información, que intentan ganarse a pulso un lugar para poder decir que vivimos en la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Menudo titulillo: ahí es nada. Pero incluso dando un voto de confianza al devenir de los tiempos y admitiendo "Sociedad de la información" como el modelo que poco a poco cobra forma en las ciudades desarrolladas, se aprecia perfectamente cómo la rígida ecuación del "8x3" ha saltado por los aires, para dejar paso a la flexible y flamante "24/7". Abierto 24 horas, 7 días a la semana.

Pero claro, para que todo funcione tantas horas y poder aprovechar todos los privilegios que la tecnología ofrece, o se triplican los turnos de personal o alguien tiene que aumentar el tiempo de dedicación al trabajo. Y aquí es donde comienzan a no salir las cuentas, pues la ecuación no se resuelve por un mero cómputo de horas físicas. Hoy día el trabajo es mucho más que un mero intercambio de tiempo por dinero. Es además un símbolo de estatus y de autoestima; un motivo a veces de satisfacciones, pero también de constante de estrés y ansiedad; un problema de oferta y demanda cada día más polarizadas entre trabajos de elite y trabajos-basura; de inclusión y exclusión; etc. Un tiempo al que hay que añadir el que se invierte en ir y volver, el que pasamos hablando del trabajo, preocupados por el trabajo, etc. Si atendemos al feroz modo en que condiciona el resto de nuestro mermado universo, casi podría decirse que es el epígrafe central de nuestras vidas; aunque sea por el número de horas que ocupa.

Curiosamente, en este tema estamos en las antípodas de las recomendaciones europeas: aquí el jefe ha de ver a los empleados todo el rato y salir tarde está muy bien visto. Por el contrario, salir a la hora que corresponde es directamente interpretado por muchos como signo inequívoco de desinterés, desmotivación, irresponsabilidad, o cosas peores. Teóricamente debería ser al revés y cumplir con las tareas en el tiempo establecido debería ser lo normal. E incluso estar bien visto, ya que pasar más tiempo en el trabajo implica simplemente eso, restar horas al resto de la vida. España se lleva la palma en horas invertidas en los centros de trabajo –lo que en ningún caso significa mayor rendimiento, beneficios o productividad. Eso por no hablar del teletrabajo, que en la mayoría de las empresas aún se concibe como algo extraño. Eso sí, luego escuchamos hasta la saciedad hablar de conciliación entre vida familiar y profesional; pero mientras el "presentismo laboral" siga grabado a fuego, tanto en la piel de los empresarios y empleadores, como en la de los trabajadores, no habrá forma de conciliar nada.

Parece que algunas personas han llegado a tal punto de obsesión por estar en el trabajo que, curiosamente, este síndrome opera al revés y los empleados "se ausentan": no rinden, no pueden concentrarse, se pasan horas chateando por Internet o simplemente pierden el tiempo en lugar de cumplir con sus tareas. Quizá haya llegado la hora, según comentaba Sara Moreno, investigadora de la UAB y coautora del informe 'Tiempo de trabajo' el otro día en un programa de radio, de replantearse y modificar la cultura del trabajo en torno a parámetros más abiertos, que concuerden con los términos reales de nuestros días. Aunque cambiar siglos de inercia no es fácil, si realmente se quiere conciliar la vida con el trabajo, mucha gente, incluidos los trabajadores, deberán cambiar su actitud y mentalidad para intentar modificar los viejos esquemas. La cultura empresarial debe abandonar la losa del presentismo heredado de épocas pasadas y reinventarse según esquemas más acordes con los nuevos tiempos. Si no, mal que nos pese y por mucho que hablemos de cambio, nada habrá cambiado.

+

Qué barbaridad. Ya hemos planteado/pensado/hablado esto.
Se los dejo; muchos de ustedes recién entrados al mundo laboral, al mundo del corre-ve-trabajo-duermepoco; al mundo del “tanto vales, tanto tienes”.
yo prefiero vivir la vida loca.
no sé ustedes.

 

 

20070201



Con el nuevo Harry Potter seguro se pone de moda la pornografía XXXXX que tanto auge tuvo en los ochenta.

 

Apocalypstick says:
orale, el verbo consolar debería de tener tmb una conotación sexual. si no, de dónde salió el "consolador"?
[issa] come on hide your lovers underneath your covers says:
voy a hablar solo conmigo en este chat.
Apocalypstick says:
chat de issa para issa
too late to play the bleeding heart show says:
pues solamente de dar consuelo a los que no consiguen sexo de forma natural
[issa] come on hide your lovers underneath your covers says:
(Del lat. consolāre).
1. tr. Aliviar la pena o aflicción de alguien. U. t. c. prnl.
too late to play the bleeding heart show says:

[issa] come on hide your lovers underneath your covers says:
es para que se te olviden las penas.
too late to play the bleeding heart show says:
las penas con consolador son menos, dice el dicho