alguien regáleme una isla.
metería ahí a todos los eficientes, que naufraguen los ineficientes.
esto significa que jamás incluiría a la secretaria de tesorería que masca el chicle como vaca y se lima las uñas antes de dignarse a decir: “en qué te puedo ayudar” mientras te retiene en la fila por 20 mins; tampoco invitaría a los odiosos oficiales de tránsito que sólo paran para conseguir mordidas en vez de hacer dignamente su trabajo; ni al que está a mi lado interrumpiéndome constantemente para decirme pendejadas cuando traigo los audífonos para ignorarlo y jactarme de que estoy haciendo lo mío y “¿por qué no haces TÚ lo tuyo?”; menos tendrían un lugar en esta isla todos los pseudojefecillos que martirizan a la gente exigiendo horarios de trabajo -que ellos no cumplen- en vez de entender que más calidad no significa más tiempo, porque en esta isla no tendrían por qué verte feo si terminaste todo temprano y te puedes largar antes que ellos, simplemente porque eres más eficiente.
esto me lleva a excluir a otro tipo de gente (sí, gaby, mi distinción es como eso de las “personas escalón”, por ahí va): los que carecen de... iniciativa –chachachán: pensaron que iba a decir los que carecen de sentido común, verdad? pues no, esos son bienvenidos en la isla que alguien me regalará-. por qué demonios la gente no puede tener iniciativa? es acaso un recurso no renovable, poco asequible? está en los genes? noch mal… esto significaría que no habría lugar para todos los que ven algo tirado, con lo que se pueden tropezar, y en lugar de levantarlo le sacan la vuelta a sabiendas de que tendrán que pasar por ahí de nuevo; ni los que se conforman con hacer lo estrictamente requerido pero nada más, ni un gramo más de esfuerzo; los que no pueden levantar el teléfono que está sonando aturdidoramente en un cubículo al lado del suyo, pero que después de todo no es el suyo y, aunque el resto de la gente los ve con presión, ni les cruza por la mente contestarlo; en fin, aquellos a los que nunca se les prende el foco por nada, que andan en la baba por la vida sin reaccionar, con la mediocridad tatuada en la frente.
alguien regáleme una isla.
seríamos una potencia mundial, juntitos todos. patearíamos a los gringos, no cometeríamos el error garrafal de provocar al señor invierno como napoleón, haríamos las paces con osama bin-laden porque el terrorismo no es de fiar, legalizaríamos las drogas, no tendríamos dirigentes nefastos que dicen “lavadora de dos patas”…

un whisky en las rocas por favor.
(sólo para que se me baje lo amarguetas del día)