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Cuando sea grande quiero ser como mi papá. Cuando sea grande voy a tener una camionetota como la suya y muchos juguetes como los que tiene en el cuarto en el que sólo puedo entrar con Lucila. El cuarto prohibido.
Ya les dije yo en la escuela que tengo muy buena puntería, que mi papá siempre, siempre me lo dice. Y que cuando salimos a matar conejos yo soy el primerito que les dá.
¡Nombre! Si todos los conejos me tienen miedo; cada vez que salgo jugar allá atrás del rancho me huyen… casi como cuando vamos a misa todos, juntitos, y mamá se pinta la boca colorada y mis hermanas parecen betunes y mi papá se pone sus botas blancas de avestruz y caminamos y la calle empieza a verse sin gente y “hola, jefe; cómo le va, jefe”.
Y ellos se burlan de mí, no me creen nada. Ya les dije pero no me creen. Mi papá tiene una cuerno de chivo de oro, todita de oro. Ellos dicen que claro que no; que ésas no existen, pero yo no soy mentiroso. Yo he visto la cuerno de chivo; cuando me porto bien, mi papá me deja usarla.
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chivita, chivita sal de ese lugar.